La deuda interna o del Tesoro General de la Nación (TGN) se incrementó en 8.298 millones de bolivianos entre 2005 y junio 2011, según un informe del Ministerio de Economía y Finanzas.
Los datos revelan que hasta 2005 las obligaciones internas del país ascendían a 23.748 millones de bolivianos y al primer semestre de este año son 32.046 millones de bolivianos.
Según esa cartera de Estado, el crecimiento de la deuda se sustenta sobre todo por la herencia de anteriores gobiernos indexada a la Unidad de Fomento a la Vivienda (UFV) y el crédito de emergencia otorgado al sector público por el Banco Central de Bolivia (BCB), para atender situaciones de desastre natural.
El incremento de 8.298 millones de bolivianos se explica por el aumento de 3.182 millones de bolivianos con las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), de los cuales 1.812 millones de bolivianos forman parte del préstamo que realizan para financiar el pago de rentas del sistema de reparto.
Los restantes 1.370 millones de bolivianos corresponden a la indexación de la deuda a la UFV.
Entre 2005 y junio de 2011 esta unidad, que varía en función a la tasa de inflación, registró un crecimiento de 43% en su valor.
Según el Ministerio de Economía y Finanzas desde 2008 el Tesoro General de la Nación (TGN) dejó de prestarse recursos de las AFP a través de la emisión de bonos directos, por el contrario, en 2009 se pagó anticipadamente parte de los fondos que fueron adquiridos en el pasado.
Otros 1.530 millones de bolivianos corresponden al incremento de la deuda histórica con el Banco Central de Bolivia (BCB), que pasó de 5.849 millones de bolivianos en 2005 a 7.380 millones de bolivianos en junio de este año.
Son recursos que se contrataron en la época de la hiperinflación (1980-1986) y que fueron reconocidos durante el Gobierno presidido por Jaime Paz Zamora mediante Decreto Supremo 23380, de diciembre de 1992.
Otros saldos
Según el informe del Ministerio de Economía, otros 4.318 millones de bolivianos corresponden a los bonos “C” del TGN que son colocados mediante subasta pública para retirar liquidez y controlar presiones inflacionarias en el país.
Un saldo final del crecimiento de las obligaciones desde 2005 son los 2.355 millones de bolivianos otorgados como crédito por el BCB para mitigar los desastres provocados por el fenómeno de La Niña y El Niño. En los últimos años el instituto emisor no canalizó créditos de liquidez.
Gobierno: “Endeudarse no es malo”
“La deuda permite el crecimiento. Si alguien cuenta con un buen negocio es recomendable que se preste dinero para hacerlo crecer”, precisa en su informe.
En el caso del Estado ocurre lo propio, si sus finanzas públicas son saludables “puede endeudarse con el fin de impulsar el crecimiento de la economía, a través del incremento de la inversión pública”, precisa.
Según esa cartera de Estado la política de endeudamiento interno del Tesoro General de la Nación establece bajas tasas de interés, a largo plazo y en moneda nacional, “por lo que es pagable y no pone en riesgo la estabilidad de las finanzas públicas”, destaca.
El servicio por el pago de la deuda interna en 2005 representaba el 56,6% de los ingresos del TGN, el año pasado ese margen bajó a 12,2%.
Según el informe, cualquier persona, empresa o Estado puede adquirir una obligación siempre y cuando sea sostenible, es decir que el reintegro por el capital y los intereses no sean tan grandes y puedan afectar el funcionamiento de la economía.
Punto de vista, Armando Álvarez - Analista económico
En el tema de generación de ingresos es necesario analizar de qué dependen los ingresos del Estado hacia futuro. Es importante que el Estado boliviano genere ingresos a futuro para cubrir sus obligaciones en algún momento, podría ser a largo plazo o no, pero en algún momento el país tendrá que pagar sus deudas. Debe preocuparnos que los ingresos más importantes del Estado dependen del gas y de los minerales, puesto que habrá que ver cómo están los precios a largo plazo.
Y esto es un poco complicado en el sentido de que la principal fuente de ingresos está sujeta a una serie de variables que no son controlables por el Estado y que en esencia tiene que ver con el tema de precios.
En la medida de que a futuro la deuda siga creciendo y mientras la principal fuente de pago de ese endeudamiento sea también una fuente de ingresos no muy cierta -pues puede variar de acuerdo a los precios de nuestros principales productos en el mercado internacional-, con el tiempo, eso llevará al Estado boliviano a una situación complicada.
Se sabe la historia de Bolivia en el tema de las materias primas, la plata ha durado durante muchos años, la goma ha durado otro tanto, el estaño también, pero en algún momento, sin duda, los precios han caído y eso le ha costado caro al Estado boliviano.
La deuda actual es sostenible en la medida que se mantengan los precios altos de los hidrocarburos y de los minerales, y los costos de producción de las empresas del Estado sean controlables.
No es razonable que el TGN haya emitido bonos, en la medida de que se tiene superávit; además hay saber qué se hizo con esa plata, a qué se ha dirigido. Si hubiese servido para reestructurar la deuda, con esa plata podrían haberse pagado los otros bonos, cosa que no sucedió, excepto en 2009, cuando se repagaron a las AFP.
Enlace : http://www.paginasiete.bo/2011-09-21/Economia/NoticiaPrincipal/8Eco002211.aspx
Los datos revelan que hasta 2005 las obligaciones internas del país ascendían a 23.748 millones de bolivianos y al primer semestre de este año son 32.046 millones de bolivianos.
Según esa cartera de Estado, el crecimiento de la deuda se sustenta sobre todo por la herencia de anteriores gobiernos indexada a la Unidad de Fomento a la Vivienda (UFV) y el crédito de emergencia otorgado al sector público por el Banco Central de Bolivia (BCB), para atender situaciones de desastre natural.
El incremento de 8.298 millones de bolivianos se explica por el aumento de 3.182 millones de bolivianos con las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), de los cuales 1.812 millones de bolivianos forman parte del préstamo que realizan para financiar el pago de rentas del sistema de reparto.
Los restantes 1.370 millones de bolivianos corresponden a la indexación de la deuda a la UFV.
Entre 2005 y junio de 2011 esta unidad, que varía en función a la tasa de inflación, registró un crecimiento de 43% en su valor.
Según el Ministerio de Economía y Finanzas desde 2008 el Tesoro General de la Nación (TGN) dejó de prestarse recursos de las AFP a través de la emisión de bonos directos, por el contrario, en 2009 se pagó anticipadamente parte de los fondos que fueron adquiridos en el pasado.
Otros 1.530 millones de bolivianos corresponden al incremento de la deuda histórica con el Banco Central de Bolivia (BCB), que pasó de 5.849 millones de bolivianos en 2005 a 7.380 millones de bolivianos en junio de este año.
Son recursos que se contrataron en la época de la hiperinflación (1980-1986) y que fueron reconocidos durante el Gobierno presidido por Jaime Paz Zamora mediante Decreto Supremo 23380, de diciembre de 1992.
Otros saldos
Según el informe del Ministerio de Economía, otros 4.318 millones de bolivianos corresponden a los bonos “C” del TGN que son colocados mediante subasta pública para retirar liquidez y controlar presiones inflacionarias en el país.
Un saldo final del crecimiento de las obligaciones desde 2005 son los 2.355 millones de bolivianos otorgados como crédito por el BCB para mitigar los desastres provocados por el fenómeno de La Niña y El Niño. En los últimos años el instituto emisor no canalizó créditos de liquidez.
Gobierno: “Endeudarse no es malo”
“La deuda permite el crecimiento. Si alguien cuenta con un buen negocio es recomendable que se preste dinero para hacerlo crecer”, precisa en su informe.
En el caso del Estado ocurre lo propio, si sus finanzas públicas son saludables “puede endeudarse con el fin de impulsar el crecimiento de la economía, a través del incremento de la inversión pública”, precisa.
Según esa cartera de Estado la política de endeudamiento interno del Tesoro General de la Nación establece bajas tasas de interés, a largo plazo y en moneda nacional, “por lo que es pagable y no pone en riesgo la estabilidad de las finanzas públicas”, destaca.
El servicio por el pago de la deuda interna en 2005 representaba el 56,6% de los ingresos del TGN, el año pasado ese margen bajó a 12,2%.
Según el informe, cualquier persona, empresa o Estado puede adquirir una obligación siempre y cuando sea sostenible, es decir que el reintegro por el capital y los intereses no sean tan grandes y puedan afectar el funcionamiento de la economía.
Punto de vista, Armando Álvarez - Analista económico
En el tema de generación de ingresos es necesario analizar de qué dependen los ingresos del Estado hacia futuro. Es importante que el Estado boliviano genere ingresos a futuro para cubrir sus obligaciones en algún momento, podría ser a largo plazo o no, pero en algún momento el país tendrá que pagar sus deudas. Debe preocuparnos que los ingresos más importantes del Estado dependen del gas y de los minerales, puesto que habrá que ver cómo están los precios a largo plazo.
Y esto es un poco complicado en el sentido de que la principal fuente de ingresos está sujeta a una serie de variables que no son controlables por el Estado y que en esencia tiene que ver con el tema de precios.
En la medida de que a futuro la deuda siga creciendo y mientras la principal fuente de pago de ese endeudamiento sea también una fuente de ingresos no muy cierta -pues puede variar de acuerdo a los precios de nuestros principales productos en el mercado internacional-, con el tiempo, eso llevará al Estado boliviano a una situación complicada.
Se sabe la historia de Bolivia en el tema de las materias primas, la plata ha durado durante muchos años, la goma ha durado otro tanto, el estaño también, pero en algún momento, sin duda, los precios han caído y eso le ha costado caro al Estado boliviano.
La deuda actual es sostenible en la medida que se mantengan los precios altos de los hidrocarburos y de los minerales, y los costos de producción de las empresas del Estado sean controlables.
No es razonable que el TGN haya emitido bonos, en la medida de que se tiene superávit; además hay saber qué se hizo con esa plata, a qué se ha dirigido. Si hubiese servido para reestructurar la deuda, con esa plata podrían haberse pagado los otros bonos, cosa que no sucedió, excepto en 2009, cuando se repagaron a las AFP.
Enlace : http://www.paginasiete.bo/2011-09-21/Economia/NoticiaPrincipal/8Eco002211.aspx
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