jueves, 21 de agosto de 2008

La “gran solución” oficial a la hambruna del año 1905

Luis Antezana Ergueta
En varias oportunidades la población boliviana fue víctima de graves sequías, escasez, hambre y hambruna, crisis alimentarias poco estudiadas por la literatura económica nacional, de tal forma que son poco conocidas en la actualidad. Una de esas hambrunas se produjo el año 1905 y fue el preludio de la crisis alimentaria que registró el país en 1910 y que también tuvo dolorosas características.
Información detallada de la hambruna de 1905 se encuentra en el libro del abogado agrarista Alejandro Antezana S., “Los Liberales y el Problema Agrario en Bolivia” (1), el mismo que da a conocer que entonces se produjo una considerable caída de la producción agropecuaria en la región interandina del país que “puso en situación difícil a las clases menesterosas y, muy especialmente, a la clase indígena, entre la que ahora se nota los síntomas del hambre”. Agrega que la inflación “se disparó” y que el régimen liberal se vio obligado a dictar medidas de urgencia para paliar la crisis, ya que la alarmante situación amenazaba hacer caer al Gobierno.
Dicho autor no se limita a la información empírica de esa crisis alimentaria, y señala que el fenómeno fue inaugurado “por el gobierno de Ismael Montes” en momentos en los que el campo sufría “Las consecuencias de las políticas y medidas agrarias antidemocráticas ejecutadas en Bolivia durante las dos últimas décadas del Siglo XIX y el primer quinquenio del Siglo XX, que se expresaron en una profunda depresión agrícola a fines del año 1904”. Agrega que “la expropiación de las tierras que eran el principal fundamento del sostenimiento y enriquecimiento patrimonial de miles de indígenas originarios, trajo extremada pobreza particularmente en el altiplano”.
El mismo libro recuerda que “a raíz de la profunda depresión económica del medio rural”, la Cámara de Senadores demandó al entonces gobierno liberal de José Manuel Pando preocuparse por el “estado de penuria que padece actualmente la clase indígena del altiplano y los medios de atenuarla”, solicitud que fue respondida por el Ministro de Gobierno que explicó que “Este Ministerio tiene conocimiento de la mala situación en que se halla la raza indígena del altiplano” y que tenía como causa “las condiciones atmosféricas” y como solución proponía “recoger los datos posibles acerca de la cantidad de semilla con que cuenta la raza indígena para su siembra este año”.
Las autoridades liberales también proponían como “gran solución” para reducir la hambruna, pedir a las empresas de transporte ferroviario “la concesión de rebajas en el flete de artículos de primera necesidad, transportados por las vías de Mollendo y Antofagasta”. Los artículos de primera necesidad de importación autorizada, como en el presente, eran harina, arroz, azúcar, carnes, etc., para ser vendidos a las “clases menesterosas al precio de costo”.
Esas recetas para evitar la hambruna son criticadas en el libro del citado abogado, quien denuncia que “Esas medidas revelan la inconfundible política de los gobiernos de carácter feudal que siempre buscaron las soluciones a los problemas nacionales con los ojos puestos en el extranjero sin darse cuenta que aquellas se encontraban en las propias relaciones de producción y propiedad. Además, la importación de alimentos agravaba la situación en lugar de resolverla”.
Finalmente con sentido didáctico para las autoridades agropecuarias, Alejandro Antezana remarca: “Realmente, la política para resolver los estragos de la carestía se iba por los fueros del paternalismo sustentados en la importación de productos alimentarios que, como es usual, beneficiaba más a los intermediarios y transportistas que a sus propios destinatarios. En todo caso, esas medidas daban margen a un gran negociado antes que solucionar la crisis por la vía correcta que, de haber sido resuelta desde sus raíces, no hubiera precisado de ninguna acción paternalista que importase alimentos, para dar de comer a proletarios y campesinos que sufrían los efectos de la política antiagraria”, argumentos válidos en relación con la crisis alimentaria que al presente enfrenta el pueblo boliviano.(1) Ver: Alejandro Antezana S. Los Liberales y el Problema Agrario en Bolivia (1899 – 1920). La Paz, Bolivia, Plural. 1996.

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