Madrid, 16 de septiembre.- La mejora del empleo juvenil latinoamericano depende del crecimiento económico y nuevas políticas de inclusión, afirmó el ex secretario general de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), José Luis Machinea.En entrevista, el catedrático del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá de Henares habló de la situación del empleo juvenil, tema que expuso en el foro "La juventud: clave del desarrollo en América Latina", organizado por la Fundación Carolina que concluyó este martes en esta capital.Machinea consideró que "hay mucha frustración" entre la juventud de América Latina debido a que a pesar de sus esfuerzos, sus estudios, los procesos democráticos y el crecimiento económico reciente, no hay acceso a los puestos de trabajo para los cuáles se prepara.Expuso que según los últimos datos de 2006, en el continente hay una tasa de desempleo entre los jóvenes de dos veces más, respecto de la los adultos, al ubicarse en 12.0 por ciento el de la juventud y 5.0 por ciento en la población mayor.El economista argentino señaló que hay varias interrogantes: "primero por qué tienen mayor tasa de desempleo que los adultos, dónde y en qué tienen sus empleos, la mayoría tienen empleos de baja productividad, es una característica de buena parte de la región".Pero ante todo esto, aclaró el catedrático, está atado a niveles de situación económica y "cuanto de esa actividad puede generar empleo. Eso en cuanto a la demanda".En cuanto a la oferta, los mayores problemas son la cobertura y calidad de la educación, si se prepara realmente a los jóvenes, pero también regulaciones del mercado laboral."Me parece que hay que tener programas específicos para jóvenes, porque hay un salario mínimo y les toca en un primer empleo. A veces lo que provoca es que se van los mayores y los chicos hacen ese trabajo y no hay entrenamiento y contratan mano de obra más barata".Machinea comentó que los programas más exitosos son los de Alemania, Austria y Dinamarca, donde los jóvenes hacen prácticas cuando estudian, "pero se necesita una conciencia empresarial sobre lo que se hace porque de lo contrario sólo contrata mano de obra barata".Después de la demanda, oferta, la preparación y regulación de mercado laboral, viene "un problema complejo porque un joven lleva capital humano, capital social y cierto capital cultural y a veces el social puede ser problema porque se coloca al conocido"."Se da el caso que en muchos puestos se dan a un conocido y no al que tiene la mejor nota, se le incluye porque se le conoce, es el famoso conocido".Hay casos de chicos con mejores notas, añadió, que no son empleados porque el conocido y la recomendación es lo que prima y eso lleva a una frustración terrible en los jóvenes más aplicados porque han sacado buenas notas pero no tienen red social.Ante ello, el economista argentino sugirió "insistir en la transparencia para la elección, calificación de personal, agencias de selección"."Es difícil pero se requiere hacerlo objetivamente, alentar políticas de intermediación que mida las capacidades más que el conocimiento social".Indicó que la frustración también se da porque los jóvenes tienen más educación que sus padres y no consiguen empleos de calidad, tienen mayor acceso a la información y no tienen acceso al poder."Tienen mayor acceso al consumo simbólico pero tienen menor capacidad de consumo material, hay una serie de frustraciones en los jóvenes que no es menor y si se agrega que el conocimiento social hace que prime eso en lugar de capacidades se genera más frustración".Por ello, sostuvo, que es necesario el crecimiento económico y las políticas inclusivas para evitar que a la frustración se le añada "la devaluación de la educación" como sentimiento personal de cada uno de los jóvenes.Afirmó que "ese crecimiento económico tiene que ser con calidad, en la industria y en los servicios y no sólo en el sector primario, es allí cuando se hacen necesarias las políticas de innovación.Esto no es una cosa privativa sólo de América Latina, sino en general en el mundo, la juventud siente muchos de estos efectos a la hora de querer acceder al mercado laboral, como en el caso de España con los llamados "mileuristas" que tienen salarios de mil euros."No sería grave que jóvenes ganen mil euros (unos mil 419 dólares) si se preparan para dar un salto más. El problema es cuando se eternizan en una misma cosa. El drama es tener empleo de baja calidad para siempre", añadió. (Con información de Notimex/MCH)
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