jueves, 16 de octubre de 2008

El hambre y los años 90 en Latinoamérica


Más de 50 millones de personas viven en situación de inseguridad alimentaria en América Latina y el Caribe. Una publicación da cuenta de lo sucedido en los años 90.

El libro "Todavía hay tiempo para el sol", lanzado por la organización ActionAid, durante el Forum Social de las Américas, trae un análisis sobre las políticas y los programas para la reducción de la pobreza rural en América Latina. La publicación incluye casos y testimonios de la vida rural y situaciones de pobreza en Brasil, en Guatemala y en Venezuela. Son más de 50 millones de personas que viven en situación de inseguridad alimentaria en América Latina y el Caribe.
ActionAid comparte la idea de que el problema de la pobreza y del hambre está relacionado con una mala distribución de la riqueza y con la concentración de la tierra en todo el mundo, resultantes de las políticas económicas neoliberales de privatización extrema y de reducción en las inversiones nacionales impuestas por las instituciones financieras internacionales. La falta de acceso a la tierra y a los recursos naturales es señalada como causa principal de la existencia del hambre.
Según el estudio, desde 1980 a 1990, el porcentaje de población en situación de pobreza en la región, aumentó del 40,5% al 48,3%, correspondiendo a un incremento de 136 a 200 millones de personas. Con el Consenso de Washington, el ajuste estructural en sus diversas modalidades y las decisiones políticas que iban en dirección al desarrollo económico por medio de la apertura hacia el exterior y gobernadas por el mercado provocaron más desempleo y pobreza. Esos aspectos fueron mitigados por el Estado por medio de los fondos de compensación social y, a nivel familiar, con actividad de la economía informal y las remesas enviadas por migrantes transnacionales.
El informe destaca que, incluso con todos los problemas ocasionados por la pobreza, todavía no era un tema de agenda pública. "Algunos gobiernos de América Latina veían con recelo estudios de mensura y análisis de la pobreza. Los organismos internacionales estaban ocupados con la crisis de la deuda", afirma. En los 90, la inflación fue controlada y el crecimiento económico fue reiniciado. Esa década fue calificada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) como década de luces y sombras: luces por el crecimiento, pero sombras porque fue un crecimiento acompañado por el aumento de la desigualdad.
"En ese contexto, en la década de los 90’s cobra importancia la pobreza a nivel mundial. Las Naciones Unidades convocaron a la Cumbre Mundial sobre Pobreza y el Desarrollo Social en 1995. El Banco Mundial presionó a los gobiernos del tercer mundo a llevar a cabo Programas de reducción de la pobreza. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, impulsó la idea del Desarrollo Humano como alternativa al simple crecimiento económico, luego fue complementada con las metas del milenio para el desarrollo social", resalta.
El informe destaca además que los gobiernos democráticos que se sucedieron en la región se vieron obligados a elaborar programas de compensación social, que bajo diversas modalidades, fueron utilizados para amortiguar los efectos del empobrecimiento provocados por las acciones gubernamentales de ajuste estructural y de apertura comercial. "Adquiere vigencia el discurso oficial por la pobreza, y junto a ello se incorporan los criterios de focalización hacia los grupos vulnerables en el diseño y aplicación de las políticas sociales en la década de los años noventa, cuyo excesivo énfasis, en algunos países termina por debilitar la visión estratégica de la política social", agrega.

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