
La degradación de suelos amenaza la seguridad alimentaria en el país, lo que puede encarecer los precios de los principales productos agropecuarios y aumentar la inflación en el país.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación de septiembre superó al mes de agosto en 18 por ciento, se situó en 0,88 por ciento, en comparación con 0.66 del mes anterior.
Ese porcentaje fue producto de los bloqueos promovidos por miembros del Consejo Nacional Democrático (Conalde) y de los comités cívicos, según Carlos Villegas, ministro de Planificación del Desarrollo.
La carne de pollo y res incidieron en alza del porcentaje, pero también estuvieron los productos agrícolas, que registraron un leve incremento por efectos del cambio de clima y la especulación.
Pero la degradación de los suelos atentan contra la seguridad alimentaria en el país debido a que este proceso se incrementa en el territorio nacional, y poco se hace para solucionar el problema.
DEGRADACIÓN
Un estudio señala que el 41% de los suelos del territorio nacional están degradados; el 22% se encuentra en situación fuerte a grave, siendo 7 los departamentos más afectados: Chuquisaca, Potosí, Oruro, Cochabamba, Tarija, Santa Cruz y La Paz. Los suelos se degradan debido a la pérdida del suelo (eso es la erosión), la baja progresiva de su fertilidad, la contaminación, entre otros.
![]() Una mujer limpia el terreno para la siembra agrícola. |
Según la Convención Internacional de Lucha contra la Descertificación, la degradación en zonas secas y con poca vegetación - como lo es el occidente de nuestro país-, la degradación, también implica descertificación.
Los suelos se pierden (erosionan) al ser lavados fácilmente por el viento y la lluvia, por no tener cobertura vegetal o algún tipo de protección; en nuestro país, esta situación se agrava con las constantes sequías e inundaciones.
Según investigadores, ya para el año 1993, se perdía 114 Tn de suelo/Ha/año, aspecto que es preocupante si se toma en cuenta que 1 centímetro de suelo tarda 150 años en formarse.
“Nuestro país tiene en general, suelos superficiales con bajos niveles de fertilidad (poco contenido de nutrientes y materia orgánica); lo cual se empeora cuando no se hace aportes con abonos orgánicos (desechos de cosecha, estiércol de animales y otros materiales) y se utiliza sólo de fertilizantes químicos”, según el Centro de Investigación y de Apoyo al Campesino (Cipca).
Esos fertilizantes matan los microorganismos (la vida) del suelo, que son los que hacen posible la fertilidad de este recurso natural. Por otro lado, los suelos agropecuarios también son contaminados por la explotación minera, de hidrocarburos y el uso indiscriminado de agroquímicos.
En el altiplano y valles, las principales causas de la erosión y degradación de los suelos, son: el uso excesivo de pasturas nativas, la extracción de leña, el tipo de labranza y manejo inadecuado de suelos así como el minifundio; en el oriente, la deforestación acelerada con fines agrícolas y ganaderos, la expansión de monocultivos como la soya y la explotación de la madera.
Si los suelos se van perdiendo, están con bajos niveles de fertilidad, se van contaminando ¿Cómo hablar de seguridad alimentaria en estas condiciones?, se pregunta el Cipca.
La poca capacidad productiva de los suelos pone en riesgo la producción de alimentos, vulnera el sector agropecuario -que genera el 36% de empleo en el país (Morales, 2008)-; se genera mayor pobreza y migración.
Según la Superintendencia Agraria (2001), por la degradación de los suelos, el país pierde alrededor de 50 millones de dólares, que representan al 4% de la producción total del sector agropecuario y forestal.
Muchas familias campesinas apoyadas por instituciones no gubernamentales integrantes de la Plataforma Nacional de Suelos, han logrado proteger sus suelos y mejorar su productividad a través de prácticas como el terraceo en terrenos de ladera, la incorporación de abonos orgánicos, la diversificación productiva entre otros.
A nivel de gobierno, a pesar de que Bolivia ratificó, en el año 1996, el Convenio Internacional de Lucha Contra la Descertificación, a la fecha no se han tomado medidas efectivas para frenar o mitigar procesos de degradación/descertificación en nuestro país.
Esa situación muestra la urgente necesidad de contar con una Ley de Conservación y Manejo Sostenible de los Suelos, que fije directrices que permitan conservar este recurso natural e incrementar su capacidad productiva, garantizando mayor producción de alimentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario