domingo, 8 de marzo de 2009

Ante las constantes pérdidas económicas que sufren todos los años los productores de durazno por los fenómenos naturales que azotan el valle alto, el Programa de Innovación Continua en Frutales (PIC-Frutales) de la Fundación Proinpa presentó formalmente a los agricultores de la región la nueva variedad denominada TGB, que tiene la particularidad de resistir las heladas de hasta 4 grados centígrados de temperatura.

La variedad TGB fue seleccionada y observada empíricamente entre 400 plantas obtenidas por semilla (pepa) durante los últimos 13 años por el agricultor Tomás Gutiérrez Benavides (sus iniciales son el nombre que lleva la nueva variedad) en su finca El Edén ubicado a 600 metros al norte del mercado de San Benito y distante a 37 kilómetros de Cochabamba, sobre la carretera antigua a Santa Cruz.

“Cuando hace 13 años comencé a investigar y seleccionar muestras de durazno no sabía qué iba a resultar. Yo simplemente quería tener una variedad diferente para combatir las heladas de primera, que causan estragos en la producción”, dice Gutiérrez.

En ese periodo se pudo apreciar y hacer un seguimiento a la sanidad de la planta, la calidad de la fruta y la posibilidad de prolongar el periodo de cosecha, comenta María Antonieta Rivero, coordinadora del PIC-Frutales de Proinpa, y explica que la multiplicación de plantines se realizó a través de injertos para mantener las características de la nueva variedad.

Características

Entre las características de la nueva variedad, Gutiérrez indicó que tiene un rendimiento promedio de 50 kilos por planta y hasta de 25 toneladas por hectárea; la cosecha del fruto abarca un periodo normal y tardío (principios de febrero y finales de abril); su productividad es estable; su ciclo vegetativo comprende 240 días, su capacidad de almacenamiento alcanza a 10 días y las zonas de producción son los valles que tienen altitudes entre 2.600 y 2.800 metros sobre el nivel del mar.

El fruto de la variedad TGB contiene 16 grados brix de azúcar, es poco ácida, muy fragante, tamaño mediano de 110 gramos, epidermis color crema con jaspes rosáceos y pulpa fuertemente adherida al carozo. Plantas injertadas con la nueva variedad de durazno se encuentran disponibles para su venta a razón de 45 bolivianos en el huerto El Edén.

A la fecha, Gutiérrez tiene una hectárea sembrada con la nueva variedad. Unas 200 plantas se encuentran en plena producción para demostración y las restantes 400 se incorporarán al proceso productivo recién el próximo año.

Alrededor de mil injertos de TGB fueron comercializados en la presente temporada agrícola y se espera que otros 2 mil sean adquiridos por agricultores del valle alto, Chuquisaca e incluso de los valles de Potosí, con la perspectiva de cosechar los primeros frutos dentro de dos años, aproximadamente.

“Me siento contento y satisfecho por los resultados buenos que Dios ha permitido con esta nueva variedad. Los beneficios no solamente son para mi familia sino también para cientos de agricultores del valle alto por las heladas sufren pérdidas”, comentó el seleccionador de la nueva variedad.

El emprendedor

Experiencia de 28 años

Hace 28 años que Tomás Gutiérrez radica en el municipio de San Benito dedicado a la producción de durazno y plantas injertadas y naturales de palta y pacay en su huerta familiar El Edén.

Cuenta a la fecha con más de 2 mil plantas injertadas con la variedad TGB en vivero y libres de bacterias, listas para su comercialización.

“El color, el sabor, el tamaño, la producción continua, su tolerancia a las heladas y su cosecha que es semitardía son ventajas que los productores están experimentando”, explica.

TGB tiene registro en el PNS para comercialización

A mediados de 2008, el PIC Frutales de Proinpa gestionó la inscripción de la variedad con el nombre TGB en los registros del Programa Nacional de Semillas (PNS) del ministerio de Agricultura, en reconocimiento al trabajo pionero que por 13 años realizó el fruticultor Tomás Gutiérrez Benavides.

El registro oficial de la nueva variedad, que tuvo un costo aproximado de 500 dólares, fortalecerá los procesos de certificación para la multiplicación de plantas frutales que realiza la Oficina Regional de Semillas (ORS), dijo María Antonieta Rivero, coordinadora del PIC-Frutales del Proinpa.

Informó que actualmente Proinpa asumió el reto de realizar la caracterización molecular de la variedad TGB para definir su particularidad genética y certificar que efectivamente se trata de una nueva variedad de durazno que se incorpora a la producción de durazno en los fértiles valles de Cochabamba.

La TGB, que tiene características casi semejantes a la variedad Gumucio Reyes, pero con mayor resistencia a las heladas, permitirá prolongar el periodo de cosecha de durazno desde inicios de febrero hasta finales de abril en toda la región el valle alto, diversificar la fruticultura y mejorar los niveles de producción y fundamentalmente los ingresos y calidad de vida de los productores, frente a los cambios climáticos de los últimos años que afectaron en forma severa la económica de los productores.

SONDEO

“Puede tener buena aceptación”

Tenemos que resaltar que la selección e incorporación de la nueva variedad TGB a la producción de durazno en el valle alto es una investigación realizada por un acucioso productor como es don Tomás Gutiérrez, sin ningún apoyo técnico, sólo asistencia a cursos de capacitación.

El TGB es una nueva variedad que tiene características muy parecidas a la Gumucio Reyes, aunque con mayor resistencia a las heladas de primavera, que pueden tener buena aceptación entre los fruticultores de la región.

Esta iniciativa de don Tomás hizo que otros agricultores, con ayuda de instituciones técnicas, empiecen a observar el comportamiento y desarrollo de otras variedades de durazno que ojalá tengan buen resultado, considerando que en los últimos tres años la producción de durazno se redujo drásticamente debido a las heladas y bajas temperaturas que quemaron los árboles de durazno en plena etapa de floración.

Juan Carlos Balderrama | Desarrollo Productivo

“Hemos cosechado un 30 por ciento”

Yo tengo 40 plantas TGB injertadas en pie franco y otras 300 en pie de hace tres años.

En el primer grupo de 40 plantas hay poco fruto, yo diría que hemos cosechado un 30 por ciento apenas, debido a que las bajas temperaturas que hemos sufrido en septiembre y octubre del año pasado fueron muy intensas en esta zona y han quemado las plantas cuando estaban en floración.

Para la pregunta de por qué la nueva variedad no ha producido el 90 ó 100 por ciento, no tenemos respuesta; eso nos falta investigar con ayuda de instituciones especializadas. En este momento no puedo decir cuáles son las causas. En la variedad Gumucio Reyes el daño de las heladas ha sido del 100 por ciento.

En cambio en las 300 plantas de TGB injertadas en pie parece que no se han adaptado a los suelos o quizá yo estoy fallando en la provisión de agua o nutrientes, porque no hay fruto.

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