domingo, 12 de julio de 2009

El elevado precio dificulta el acceso a los alimentos


Mientras la pobreza y la desnutrición se afianzan en el país, nadie regula el precio de los alimentos. Acceder a las verduras, frutas y carne, productos básicos de la comida diaria se ha convertido en un lujo que muchas familias no pueden financiar. En Bolivia, una de cada tres personas a escala nacional y cinco en el ámbito rural no pueden acceder a la canasta básica alimentaria por falta de recursos, según el informe de 2009 del Programa Mundial de Alimentos. A esto se suma la deficiente nutrición en la población infantil, donde Bolivia ocupa el penúltimo lugar en América Latina, sólo superado por Haití. La desnutrición llega al 26% en el país y el impacto nacional significó más de 28.000 casos de la población menor de 5 años en 2008. A propósito de estas cifras, el ministro de Salud, Ramiro Tapia, anunció que se contratará a 183 nutricionistas para apoyar el programa Desnutrición Cero, que lleva adelante el Gobierno. Pero mientras el acceso a los alimentos sea un obstáculo, el asesoramiento nutricional no podrá tener repercusiones. Es que la libre oferta y demanda se impone en los centros de abastecimiento, sin tomar en cuenta el ingreso económico de las familias.Antes de que los productos lleguen al consumidor final pasan al menos por tres manos: rescatista, revendedor y expendedor al detalle. Esta cadena hace que los precios se encarezcan. Y esto se puede percibir en el mercado Abasto, donde el movimiento de carga es intenso y el dinero fluye desde las 2 hasta las 4 de la madrugada. Para el gerente de la Asociación de Productores de Hortalizas y Frutas (Asohfrut), Mario Requinta, la falta de una política agrícola, créditos blandos e infraestructura caminera, obligaron a una intermediación en el comercio de alimentos. El ‘rescatita’ o mayorista ha evadido estos tres problemas que enfrenta el campesino a cambio de obtener toda su cosecha a un costo favorable, argumentó. “Prácticamente el intermediario es dueño de la producción anticipadamente, porque le provee recursos para la compra de semilla y ahora han ingresado al mismo círculo las empresas de agroquímicos, incluso algunos transportistas. Por eso el Banco Mundial define a los productores en la línea de la miseria”, dijo Requinta. Jorge Pinto, de la comunidad El Tunal, es un ejemplo de ello. Trabaja desde 2000 en la zona y produce hortalizas de todo tipo para consumo en los mercados de Santa Cruz y Cochabamba.“Este año los intermediarios están pagando muy poco por la producción. Tengo contrato con una empresa que me compra todo el frejol, pero no se gana mucho”, señaló.La papa es un producto que varía mucho de precio. Por ejemplo, actualmente hay una sobreoferta. Es que en enero y febrero pasado mantenía precios atractivos, lo que sedujo a muchos a cultivarla, sin embargo, ha sufrido una caída. Para sembrar papa holandesa en media hectárea, Pinto usa semilla certificada y requiere inversiones adicionales, como cuatro horas de tractor, compra de químicos para fumigar, abono y el pago a los jornaleros para sembrar, lo que en total se hace unos $us 1.000. “Hace tres o cuatro meses se abarató todo, antes me pagaban Bs 40 ó 45 la arroba, ahora se vende en Bs 15”, comentó. El consumidor final paga no menos de Bs 27.Similar es el caso de Mario Miranda, agricultor de Palizada. “Los precios en la agricultura no son estables. Además, cada vez se precisa más químicos, porque existe mucha plaga. El precio no acompaña, a veces no recuperamos ni lo que invertimos”, comentó. Pero los ‘rescatistas’ y revendedores se defienden. Miriam Paredes, hija de Guadalupe Ávila, dirigenta de los revendedores de tomate, indicó que ellos arriesgan su capital y sólo ganan Bs 5 por cada caja.“Nadie toma en cuenta el dinero que se destina para el cargador, las bolsas y el pago del producto al contado”, dice.Suba o baje el precio, dice que no aumenta su margen de ganancia.Lucy, que es rescatista y productora, argumenta que enfrenta varios gastos, como el pago de jornaleros, comida y coca, agroquímicos, transporte y el alquiler de la tierra para sembrar. “Con el tomate, o se levanta o se hunde el productor, depende del precio, cuando toca cosechar”, subrayó.A juicio de Requinta, quien debe normar el precio de los alimentos son los municipios y las subprefecturas; pero esto no sucede en la capital. José Canudas, director de Control de Productos de la comuna, afirma que el decreto 21060 sigue vigente, por lo que los precios se rigen por la libre oferta y demanda. “Ninguna ordenanza nos faculta a regular los precios, sólo tratamos de que no haya especulación”, indicó. La intermediación sucede también con la fruta y la carne. Los productores, que ya dicen estar mal, temen que el Gobierno intente imponer una economía centralista.
Las cifras
50.000Es la cantidad de hectáreas en producción. De ésas, 20.000 son de frutas y 30.000 de hortalizas.
16.000Es la cantidad de asociados entre activos y pasivos, aglutinados en la Asohfrut, a escala departamental.
21060Es el decreto que prevalece en los centros de abastecimiento y a él debe someterse el consumidor.
Bs 647Es actualmente el salario básico nacional. Dicho ingreso no puede satisfacer la canasta familiar de un mes.
11Son los municipios del departamento que producen hortalizas y frutas. Están en los valles, en el norte y al este.
$us 1.000Es lo que cuesta en total producir media hectárea de papa holandesa, con gastos adicionales, como semilla certificada, servicio de tractor, químicos, abono y pago a jornaleros.
El invierno reduce la producción de verduras un 30% en valles cruceños El invierno que registra Santa Cruz afecta los cultivos de verduras y frutas, sobre todo la que se produce en los valles cruceños. Así lo demuestran las estadísticas de la Asociación de Productores de Hortalizas y Frutas (Asohfrut).Ante la posibilidad de una helada, como se conoce cuando las temperaturas descienden, la producción de hortalizas y frutas disminuye hasta un 30%, afirmó el gerente de Asohfrut, Mario Requinta. No obstante, la papa es uno de los tubérculos que se puede cosechar en invierno y verano en esta zona, pero no así, el pimentón, tomate y lechuga, debido a que son susceptibles a las bajas temperaturas. Edilberto Pardo, del departamento de agropecuaria y medio ambiente del municipio de Mairana, señaló que si bien la comuna cuenta con un mapa de riesgo, muchos productores prefieren no arriesgar. Sectores como Alto Mairana, Yungas y Cerro Verde están en zonas altas, donde suele haber heladas. Doña Josefa Ávila, mayorista de la comercialización de pimentón, asegura que ante la escasez en las poblaciones de Mairana, Saipina y Los Negros se está proveyendo de productores de Pailón, Cotoca, incluso de Guarayos.Según ella, esto influye en el precio y, eso, no lo reconoce el consumidor. Por ejemplo, la caja de tomate hasta el jueves pasado estaba en Bs 60 (unidades chicas) y Bs 70, el seleccionado. Según los revendedores, el precio actual favorece al productor. “Desde Bs 30 la caja hacia arriba es negocio”, dice Clara Castro, rescatista.Similar es el costo del pimentón. La bolsa chica se registró el jueves pasado en Bs 90 y la grande, con el producto de primera calidad, llegó hasta Bs 140, mientras que el canasto de lechuga crespa en Bs 50 y la morada en Bs 60. Para Sandra Banegas, una ama de casa, los comerciantes se están aprovechando de la situación y especulan con los precios.
Otro anuncio por seguridad alimentariaEl Gobierno anunció que en los próximos meses invertirá alrededor de $us 8 millones en proyectos productivos que garanticen la seguridad alimentaria de la población e incrementen la producción de alimentos orgánicos. La ministra de Desarrollo Rural y Agropecuario, Julia Ramos, explicó que dictarán una norma para lograr ese objetivo, además de iniciar proyectos en las comunidades.Por su parte, la viceministra de Desarrollo Rural, Teresa Morales, indicó que también el Gobierno lleva adelante la política de Precio Justo, el cual es verificado a través de un monitoreo permanente.Además, indicó que la municipalidad cruceña es una de las pocas que tiene dificultad de efectuar control de precios de los alimentos, como lo hacen las intendencias de La Paz y Cochabamba. “Este trabajo se viene realizando en el marco de la Ley de Municipalidades y sobre esa base hemos apelado a las intedencias”, dijo.
PANORAMA
➠ En el artículo 16 de la Constitución Política del Estado, se establece que el Estado tiene la obligación de garantizar la seguridad alimentaria, a través de una alimentación sana, adecuada y suficiente para toda la población. ➠ Entre los emprendimientos de la estrategia gubernamental para erradicar la pobreza en Bolivia, figura la recuperación de los hidrocarburos, la mecanización del agro, apoyo a la producción de alimentos a través de Emapa, el Banco de Desarrollo Productivo y el Programa de Vivienda Social.➠ El 55,7% de los obreros asalariados y el 67,6% de los trabajadores familiares, el 55,9% de los por cuenta propia y el 25,4% de los empleados están sumidos en la pobreza, según datos del INE y la Unidad de Análisis de Política Financiera. ➠ Por primera vez en la historia de la humanidad, 1.020 millones padecerán en 2009 malnutrición en todo el mundo, advierte la FAO. Es decir, una de cada seis personas. Esto debido a la crisis económica, los altos precios de los alimentos y la mala distribución de los ingresos.

Fuente : http://www.eldeber.com.bo/2009/2009-07-12/vernotaeconomia.php?id=090711214725

No hay comentarios: